El Cortijo del Fraile

El Cortijo del Fraile está situado en el término municipal de Níjar, Almería, dentro del Parque Natural de Cabo de Gata.

Es una cortijada representativa de la arquitectura popular de la zona, construida en el siglo XVIII por los frailes del Convento de Santo Domingo de Almería, para atender a los cultivos de olivos y cepas de vino. A partir del siglo XIX dejó de pertenecer al clero. Este cortijo de gran belleza y dimensiones, dispone de capilla, mausoleo, y aljibe.

Ha alcanzado gran notoriedad por el crimen que ocurrió en sus inmediaciones el 22 de julio de 1928, el llamado Crimen de Níjar, que inspiró la obra de Federico García Lorca "Bodas de Sangre". También se basa en los mismos hechos la novela "Puñal de claveles", de la escritora Carmen de Burgos.

A partir de los años 60, El Cortijo del Fraile fue utilizado como localización cinematográfica en varias películas del oeste, como "El Bueno, el feo y el malo" (1966), "Yo soy la revolución" (1966), "Tiempo de Buitres" (1967), "Los Cuatro Truhanes" (1968) o "Agáchate Maldito" (1971). Hoy en día su estado es de ruina y total abandono.











Fuente: Turismo de Nijar

El Bardal

El Bardal es un despoblado perteneciente al término municipal de Aldeanueva de Santa Cruz, en Ávila (antes Salamanca), cuyos habitantes lo abandonaron, tal vez por su situación aislada, para trasladarse a las cercanas poblaciones de Los Cuartos o Aldeanueva.
En la actualidad todavía está en uso alguno de sus pajares, que los ganaderos aprovechan como almacén de aperos de labranza y ganado. Ubicado en un hermoso paisaje, puede imaginarse aun hoy el trazado de sus calles, ahora cubiertas de zarzales.

Según el libro "Fisiografía e Historia del Barco de Ávila", publicado por Nicolas de la Fuente, El Bardal contaba en 1925 con 45 habitantes.

Actualmente se puede llegar a la población por caminos transitables a pie desde Los Cuartos o Aldeanueva.











Fuentes:
- Ayuntamiento de Aldeanueva de Santa Cruz
- Fisiografía e Historia del Barco de Ávila

Los Cerrudos

En la comarca del Aravalle, provincia de Ávila, encontramos las ruinas de la aldea de Los Cerrudos, cuyas viviendas se encuentran practicamente derruidas, exceptuando alguna casa de reciente reconstrucción.

Los Cerrudos fue en su día un barrio anejo de Santa Lucia de la Sierra, donde se ubicaba su ayuntamiento y su parroquia. En 1930 contaba con 36 habitantes.

En 1977 Santa Lucía con sus anejos (Casas de la Sierra, Los Cerrudos, Los Loros y La Serranía) así como Solana de Béjar, El Tremedal y La Zarza, con sus respectivos anejos, se fusionaron para formar el Municipio Solana de Béjar, con la Casa Consistorial en este término. En 1979 el municipio cambió de nombre para pasar a denominarse Solana de Ávila. Aunque desconocemos el momento y los motivos de la despoblación de Los Cerrudos, parece ser que su abandono fue posterior a esta fecha.







Fuente: Ayuntamiento de Solana de Ávila

Casas de la Sierra

El despoblado de Casas de la Sierra está ubicado en la Comarca del Aravalle, en la provincia de Ávila, siendo antiguamente uno de los barrios anejos a la población de Santa Lucía de la Sierra, donde se ubicaba su ayuntamiento.

Según el libro "Fisiografía e Historia del Barco de Ávila", de Nicolas de la Fuente, la población contaba en 1925 con 37 habitantes.

No hemos encontrado más datos sobre su historia o los motivos de su abandono, pero tal vez se deba a su total aislamiento y la considerable altura en la que se encuentra, más de 1.400 metros, lo que tal vez empujó a sus pobladores a trasladar su residencia a tierras más cercanas al valle, donde las condiciones de vida fueran menos duras.

Dentro del pueblo aún podemos observar la distribución de las casas, así como algunos elementos constructivos típicos de la zona, destacando entre otros el uso de la piedra en fachadas, dinteles y cargaderos, la orientación de las ventanas, los grandes chupones en los que situaba el hogar, hornos de leña, casillos y payos para guardar el heno, etc.,.incluso en una zona de lanchas se puede observar una pequeña cantera, en la que todavía se ven los cortes de piedra extraída a mano.











Fuentes:
- tuavila.com
- Fisiografía e Historia del Barco de Ávila

Escó

Escó, enclavado en la provincia de Zaragoza, perteneciente a la comarca de Jacetania, fue abandonado durante los años 60, al verse afectado por la construcción del Pantano de Yesa (al igual que las poblaciones de Ruesta y Tiermas), que anegó sus tierras más productivas.

Los primeros indicios de población de Escó datan de la Edad del Bronce. Ya en época romana hay vestigios de una villa ubicada en estas tierras, y aunque hay indicios de población más o menos abundante desde los siglos I a IV, después no hay ninguna referencia hasta el siglo X.
Su ubicación en la Canal de Berdún, importante vía de comunicación entre los valles pirenaicos, fue muy codiciada por los diferentes monarcas musulmanes, navarros y aragoneses.
En el año 1366 las huestes de Carlos II arrasaron varios pueblos de la comarca entre los que se encontraba Escó. Pedro IV ordena ir a vivir a Tiermas a todos los habitantes de Esco, debido a que el pueblo se hallaba destruido. Sus habitantes desoyeron el mandato y prefirieron reconstruir sus casas.
Perdida la importancia estratégica de Escó, las referencias hacia él se hacen muy escasas en lo siglos siguientes, quedando reflejados los hitos más importantes en los libros de la parroquia y en el de la Cofradía del Santísimo Rosario.
Gracias a estos documentos, sabemos que en el año 1953, aún habitaban en la población 253 vecinos.

En la actualidad, Escó presenta un estado ruinoso y de abandono, a pesar de que "La asociación pro reconstrucción de Esco" ha luchado desde 1999 por la recuperación y reconstrucción del pueblo con el objetivo de repoblarlo en un futuro próximo, pero hasta el día de hoy sigue sin conseguir su objetivo.

Escó en 1950
Fotografía: deesco.org


Escó en 1957
Fotografía: deesco.org















Fuente: deesco.org

Tiermas

Tiermas, en la provincia de Zaragoza, es otro de los pueblos abandonado durante los años 60 como consecuencia de la construcción del Pantano de Yesa, que provocó la expropiación de sus huertas y tierras de cultivo, al igual que en los casos de Escó y Ruesta.

El origen de su toponimia hace referencia a la antigua Thermae, del Convento Jurídico Cesaraugustano, que surge en torno a las fuentes termales y baños romanos cuyos restos hoy en día son solo visibles cuando el nivel del pantano es lo suficientemente bajo, y que se explotaron como balneario prácticamente hasta su desaparición, en 1960. Anegadas por las aguas se hallan la piscina circular y otros restos construidos por los romanos, así como los edificios que se construyeron a partir de 1819 cuando el balneario pasó a ser propiedad particular.

Los baños de Tiermas adquirieron gran celebridad durante la dominación romana y, en los siglos posteriores, la villa sufrió varios asedios e invasiones debido a su posición privilegiada. Durante la Edad Media se iniciaría una nueva fase histórica para Tiermas, tras su refundación en 1201 por el Rey Pedro II, quien traslado a sus habitantes a lo alto de la colina donde se construyó el pueblo que subsiste en la actualidad. Desde aquel momento su papel estratégico en la defensa de la frontera aragonesa fue muy importante. A partir de 1367, los Reyes de Aragón, en agradecimiento a los habitantes de la villa, les concedieron importantes privilegios y libertades.
La villa perdió enteramente su importancia como fortaleza cuando quedaron bajo un mismo cetro los reinos de Aragón y de Navarra, y desde entonces sus referencias históricas son muy escasas.
Cabe destacar que el balneario, a lo largo de su historia, alcanzó un gran renombre. En 1908 tenía lujosas instalaciones que ofrecían albergue para más de 100 personas, contando con salones de música y gramófono, billar, sala de lectura, escritorio, comedor, garaje, incluso una capilla. La oferta de turismo termal se completaba con una fonda que contaba con 67 habitaciones. A comienzos del siglo XX el balneario recibió una gran afluencia de turismo sobre todo en la época estival.

Hoy en día solo es visitable la parte alta del pueblo, ya que la baja ha desaparecido bajo las aguas. Su trazado evidencia sus orígenes medievales, mostrando un perímetro rectangular que en orígen estuvo completamente amurallado. De dicha muralla hoy solo subsiste una puerta de acceso en el ángulo noroccidental, abierta en arco apuntado y conocida como el Portal de las Brujas, y los restos de una torre.
Las calles se hallan dispuestas muy irregularmente, siendo las dos más importantes la de la Iglesia y la del Centro, que confluyen en la Plaza de la Fuente o de la Iglesia, donde se encuentra la Parroquia de San Miguel.
Aún podemos contemplar los vestigios de las casas que dieron vida a la población, construidas en mampostería y en sillarejo, algunas con revoque de cal, levantadas en su mayoría a dos alturas.

Parte baja de Tiermas, antes del pantano.
Fotografía: Asociación prodefensa de Tiermas














Fuentes:
- Asociación prodefensa de Tiermas
- Memoria sobre los baños minerales de Tiermas

Belchite

Trás la Batalla de Belchite, durante agosto y septiembre de 1937 en plena Guerra Civil Española, el pueblo quedó completamente arrasado. En lugar de ordenar su reconstrución, el régimen optó por levantar nuevamente el pueblo (hoy conocido como Belchite Nuevo) junto a las ruinas del anterior, y conservar dichas ruinas intactas como recuerdo de la contienda.

La despoblación del viejo Belchite fue muy gradual, sus últimos habitantes lo abandonaron en 1964 para reasentarse en las nuevas casas. Hoy, el Pueblo Viejo de Belchite, es sin duda uno de los despoblados más impresionantes que puede visitarse en España.

Son muchas las reseñas históricas que podemos encontrar acerca de esta población.
Algunas fuentes afirman que el actual Belchite se asienta sobre los restos de lo que fué la ciudad romana de Beleia.
Tras la ocupación musulmana, en 1118 fue reconquistado por Don Alfonso I el Batallador, que escogió Belchite como cabecera de una tenencia militar que perduró durante la mayor parte del siglo XII.
En la Edad Media todo el territorio y su población pasó a manos del Duque de Híjar, Conde de Belchite.
Felipe III mandó la expulsión de los moriscos aragoneses con un documento fechado el 17 de Abril de 1.610, y tuvieron que abandonar la población unas 1500 personas. Finalmente, en el siglo XVII, Belchite consiguió comprar su independencia a la nobleza.
Durante la Guerra de la Independencia Española, en 1809, se libro otra dura batalla en Belchite, donde las tropas españolas comandadas por el General Blake fueron derrotadas por los ejercitos franceses. Por este motivo, Napoleón incluyo el nombre de Belchite en el Arco de Triunfo de París.
Gracias a los datos que nos aporta el "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar", de Pascual Madoz, sabemos que en 1849 Belchite tenía 800 casas, un hospital y dos escuelas; se nombra también la Iglesia Parroquial de San Martín con sus 21 altares, coro, organo y sacristía; Belchite contaba en aquel año con 2385 habitantes.
Trás la Guerra Civil Española, entre 1940 y 1945, un destacamento penal de presos políticos se encargó de realizar la construcción del nuevo pueblo de Belchite, inaugurado oficialmente el 13 de octubre de 1954.

Belchite, final S. XIX - principio S. XX
Fotografía: Belchite en la web


Iglesia de San Martín en Belchite, final S. XIX - principio S. XX
Fotografía: Belchite en la web
















Fuentes:
- Guía para visitar los santuarios marianos de Aragón
- Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar
- Belchite en la web